Ya en otra oportunidad, habíamos hablado de la existencia de una Psique Familiar, ahora hablaremos también de la existencia de una psique de pareja.
Desde la mirada de constelaciones Familiares y configuraciones sistémicas, así como existe una «Psique Familiar» también existe una «psique de pareja», que se transmite de generación en generación, que une, separa o marca destinos a miembros de la familia.
Dicha «psique» o campo energético familiar, existe aunque ninguno de los miembros de la familia o pareja sea consciente de esto; esta influencia se marca en varios aspectos, como son la repetición, o aparición de vínculos similares, de tanto en tanto, que sólo cuando se miran a la luz de la óptica sistémica, cobran sentido, facilitan un trabajo terapéutico y la resolución de las lealtades, o repeticiones de las parejas, o alguno de sus miembros.
Se encuentra por ejemplo, situaciones de repetición en un linaje femenino, bebés en la abuela que nacen muertos, en la madre un bebé que hace muerte súbita a menos de un mes de nacido, y la consultante, tiene que practicarse un aborto terapéutico por malformación congénita no viable.
Allí la pareja consulta pues de alguna manera su hijita de 10 años, «fracasa», constantemente en las interrelaciones con sus pares, y tiene frecuentes accidentes,
En constelaciones se observa que los pequeños son los más leales al sistema, su lealtad busca crear el equilibrio, aunque este sea diferente al que podamos concebir en nuestra mente.
Desde la mirada de constelaciones familiares, la creación de este equilibrio por parte de los miembros de la familia se conoce como lealtad, amor ciego o arrogación y son formas de sostener injusticias, exclusiones, secretos.
Es por esto que la mirada sistémica en el ejercicio de constelaciones familiares, sea en taller o de manera individual, permite ver, reconocer y poner orden los sistemas familiares que están afectados, sea por dichas exclusiones, enfermedades, destinos no comprendidos, secretos o adicciones que cargan al sistema.