La enfermedad desde lo sistémico.
Desde el pensamiento sistémico planteado por el maestro Bert Hellinger , y retomado a Brigitte Champetier en su libro “Constelar la enfermedad” se plantea que en la misma enfermedad no hay ninguna maldición sino que por el contrario es una propuesta de solución, es un camino de vuelta a la salud, es un lenguaje una expresión de lealtad de la persona con el sistema.
Se puede decir que no hay curación sin sanación y la sanación es una postura de humildad frente a la vida en la cual se sana el pasado el presente y futuro.
La enfermedad como dinámica de solución.
La enfermedad es una de las dinámicas del espíritu que apunta a la reconciliación, es el resultado del rechazo a la vida y a la vez es una propuesta de solución tanto en el sistema familiar como en el sistema corporal, la misión de las enfermedades es entonces llevarnos a la curación.
En el sistema la enfermedad es temida, no se le mira es olvidada por todos, de igual manera como fueron olvidados los excluidos del sistema, el enfermo siente el rechazo, enfado, el desprecio por esta razón aparece varias generaciones después para obligar al sistema a ver el desorden que se jugó en la conciencia familiar.
La enfermedad expresión de lugares en el sistema.
Para el pensamiento sistémico, retomar la visión de la estructura biológica del cuerpo y el planteamiento del enfermedad como bifásica enriquece la fenomenología y da un significado profundo a la compensación como expresión del sistema en busca del equilibrio.
Los campos morfogenéticos a los que pertenecemos son un gran depósito de memoria ordenada, ellos transmiten la información pero ésta no puede ser modificada solo trasmitida, crea caminos para que los vivos de este tiempo encuentren este desorden y funjan como despertadores que nos avisan que algo está por corregir y en ocasiones estamos presos de esta memoria que nos induce a repetir indefinidamente lo que antes existió, hasta que estemos listos para verla.
Buena y mala conciencia.
La sanación llega a la persona cuando el enfermo toma conciencia de su enfermedad como lenguaje y puede buscar una salida energética y dar un salto cuántico para su sanación
Hay una fuerza dentro del sistema que impele al individuo a someterse a la conciencia del grupo, a esto se le llama buena conciencia; sin embargo también existe una mala conciencia que hace que el individuo tome un lugar diferente.
La buena conciencia no tiene que ver con el bien o el mal, tiene que ver con la necesidad de seguridad del individuo dentro del sistema, así cuando alguien excluye al que amenaza su seguridad se pone en marcha un mecanismo de reintegración del excluido, en este caso la enfermedad sería el mecanismo de reconciliación entre la persona con buena conciencia y el excluido,
Las inadecuadamente llamadas enfermedades hereditarias o de transmisión genética son sólo otra faceta de la buena conciencia es el amor ciego que hace que un hijo diga inconscientemente a su padre o a su madre yo me hago cargo de tu enfermedad
El cuerpo es el vehículo entre el individuo y su sistema es donde nos habla el inconsciente que no es más que movimiento del espíritu individualizado, el cuerpo entonces nos muestra la causa del desarreglo pero también en su sabiduría intuye el proceso de sanación.
La enfermedad muestra siempre alguien o algo que fue excluido por un ancestro, el sistema, la fuerza te dice que incluyas a ese alguien que se manifiesta con la enfermedad.