Esta podría ser una perfecta máxima de la técnica de constelaciones familiares; sin embargo es una verdad de a puño, para los profesionales que trabajamos en la reconstrucción, cognoscitiva, emocional, vievencial y energética de todos aquellos consultantes que nos honran con su presencia en nuestros consultorios.
Y a decir verdad, no importa le técnica que se utilice, el objetivo siempre es mejorar, esa mirada, esa vivencia y ese sentir; por eso en esta ocasión recomiendo este árticulo que reseña el libro «El arte de no amargarse la vida» del colega español, Rafael Santandreu, como una forma de integrar otras miradas abriendo espacio al fortalecimiento del «Terapéuta interior»