¿Cómo podría explicarse entonces el éxito o fracaso en las relaciones desde el pensamiento sistémico?
De la siguiente manera: Los hijos de pequeños, tanto hombres como mujeres deben hacer un tránsito para ubicarse en su fuerza personal, hacen un camino para tomar a ambos padres, una vez tomada esta fuerza, hacen renuncia al padre del sexo contrario, quedándose en el ámbito, fuerza o sintonía con el padre del mismo sexo.
La renuncia garantiza, por un lado un fortalecimiento de su propia energia, y el recibimiento como obsequio de pareja del sexo contrario en su momento, lo cual da paso a una relación duradera y fuerte.
En el capitulo «Exito y fracaso en las relaciones de pareja « de Gunthard Weber, transcribiendo al maestro Hellinger, aporta disertaciones como las siguientes:
Para hacerse hombre, el hijo tiene que renunciar a la primera mujer de su vida, es decir a la madre y tomar la energía masculina de su padre. El hombre que hace este tránsito adecuado, resulta muy atractivo para las mujeres y en general tendrá una relación sana y duradera.
Si el hijo se queda en la esfera de la madre, permanece como un adolescente eterno, un “favorito” de las mujeres o un amante.
En el caso de la mujer, la hija tiene que renunciar al primer hombre de su vida, es decir, al padre biológico y tomar la energía femenina de su madre biológica.
De lo contrario no conseguirá más que ser una niña, amante o querida de hombres ya comprometidos (triangulada), pero no una mujer.
La mujer que toma a su madre biológica y la energía femenina de las mujeres de su sistema familiar, son más atractivas para tener una relación de pareja sana con un hombre.
La hija que está “aliada” con su padre y rechaza a su madre, no tarda en convertirse en una rival de otras mujeres y como decíamos se inmiscuira en relaciones ya formadas, es decir se triangurlará.
El éxito está en que cada miembro de la pareja esté en la esfera del progenitor del mismo sexo, esto da como resultado relaciones más estable y satisfactoria con su pareja, sin dejar de nutrir lo masculino con los masculino, es decir los hombres con otros hombres en actividades de señores ( futbol, una cerveza, deportes, carros etc), y lo femenino con lo femenino, actividades de señoras con señoras ( costura, cocina, niños, peluquería etc).
Ocurrre que en algunas ocasiones, cuando hay movimientos interrumpidos en los linajes, que hay falencia en el hombre o la mujer de su energia de base (masculina para el hombre y femenina para la mujer), tienden a elegir pareja en donde la energia predominante es la contraria, es decir en el caso del hombre mujeres con mucha energía masculina, y en el caso de las mujeres, eligen hombres con mucha energía femenina, alli tiende a haber desorden y conflicto en la pareja.
El trabajo psicoterapeutico y sistémico ayuda a «ordenar el desorden» y a cumplimentar los lugares al servicio de lo masculino y femenino en los sistemas.